Aarón Hernández Pat, ya está en la Casa del Señor
• Falleció anoche a la edad de 24 años. Cuando era un niño, DIOS lo eligió para obrar un milagro.
• Con su nombre está escrita una historia de FE, AMOR y SOLIDARIDAD.
• Su madre tardó en responder: “Aarón esta bien… muy bien… ocurrió un
milagro, ya no tiene el tumor…”.
CONKAL, Yucatán a 27 de Junio.- Profunda consternación causó el repentino fallecimiento del Joven Aarón Hernández Pat a la edad de 24 años miembro de conocida y estimada familia de la localidad. Un chico jovial, amigo de todos y siempre regalando una sonrisa.
“Chaleco”, como era conocido en la comunidad, es hijo de Pablo Hernández Balam y Andrea Doris Pat, sus hermanos son Pablo David y Saúl, quienes junto con sus familiares y amigos reciben el pésame.
Aarón, siempre tuvo esa luz que irradiaba alegría. Cuando era un niño de 9 años, Dios lo eligió para recibir un MILAGRO, para escribir con su nombre una historia de FE, AMOR y SOLIDARIDAD.
Era un niño de 7 años cuando empezó a sufrir intensos dolores de cabeza. Los médicos no daban con el origen de su sufrimiento y le pidieron a sus papas que se le hicieran estudios. Las noticias, no fueron las mejores, Aarón tenia un quiste en la cabeza y necesitaba una operación inmediata. Se le hizo y salió bien. De nuevo la familia se entregó a la vida cotidiana y apegados a su Iglesia nunca dejaron de dar gracias a DIOS.
Pero, cuando cumplió 9 años regresaron los síntomas, ya con mejor tecnología se le hicieron estudios de nuevo y los resultados sorprendieron a su familia. “Chaleco”, a su corta edad tenía un tumor en el cerebro, en una zona complicada de operar y con un alto riesgo. Los neurocirujanos, decían que la intervención era peligrosa, que solo con la bendición de Dios todo saldría bien.
Pero, al problema de salud venía inherente el alto costo de los viajes a la Ciudad de México y Guadalajara donde estaba los mejores médicos.
En una muestra de solidaridad de un pueblo entero, el apoyo para la familia empezó a fluir, los viajes iniciaron y “Chaleco” ya se subía a un avión para ir a sus consultas, se le empezó a preparar para su operación. Su familia, leal a su Iglesia cristiana oraba sin cesar.
Los conkaleños, en una muestra de solidaridad y hermandad, ayudaron a su padres para salir adelante, para que lo económico no fuera un problema y solo se concentrarán en la operación del niño.
Los médicos lo dijeron, el tumor está en un lugar muy difícil, pero se tiene que hacer antes de que sea más complicado. Aarón, era ya una preocupación para los conkaleños y la mayoría estaban atentos a su viaje y al día de su operación.
“Chaleco” se fue con la bendición de la gente. Él, siempre alegre, tenía una mirada de luz. Nadie podía pensar que NO regresaría, al contrario, se le despidió con amor y ternura.
Su mamá, Doña Doris aviso que ya estaban listos para la operación, pero que el Doctor tuvo un presentimiento y quería que le realicen unos estudios. Su mamá, pidió oraciones por el niño.
Las horas pasaron y nadie recibía una llamada de sus papas, un sentimiento de tristeza corría en el animo de la gente. Todos imaginaron lo peor.
Al pasar de las horas se escuchó una llamada, era Doña Doris. Se escuchaba agitada, pero contenta. La pregunta obligatoria era: ¿Cómo salió Aarón de la operación?.
Su madre tardó en responder: “Aarón esta bien… muy bien… ocurrió un milagro, ya no tiene el tumor…”. Era difícil entender esa respuesta.
Al paso de los minutos, sonó el teléfono de nuevo, era Pablo su papá, quién explicó que el estudio que pidió el doctor horas antes de la operación reveló que “Chaleco” estaba sano, que ya no existía el tumor, que había desaparecido y que era un MILAGRO DE DIOS.
Los neurocirujanos que lo iban a operar estaban asombrados, había ocurrido un milagro.
El pequeño Aarón regresó al pueblo, hizo su vida normal, fue a la escuela, jugó con los niños y se convirtió en un adolescente popular. El medicamento de por vida hizo que siempre tuviera una complexión gruesa. En los últimos años, era común verlo en su motocicleta.
Hace pocos días el COVID-19 lo golpeo fuerte, anoche Dios se lo pidió a sus papás, hoy esta en el cielo, cerca del señor.
Descanse en Paz “Chaleco”